Emociones: ¿Qué son, sus funciones y para qué sirven?

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¿Qué son las emociones? Son experiencias que, aunque nos unen a todos como humanos, muchas veces nos cuesta identificarlas, conectar con ellas y aceptarlas. Vivimos en una sociedad que constantemente busca “apagar” o evitar algunos tipos de emociones y sobrevalora otros. Pero, ¿por qué pasa esto? ¿será que realmente no entendemos qué son y para qué sirven?

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 322 millones de personas en el mundo experimentan emociones asociadas a la depresión, lo que representa un aumento del 18 % en la última década. Además, 264 millones de personas enfrentan trastornos relacionados con la ansiedad, reflejando un incremento del 15 % en los últimos diez años. Estos datos evidencian cómo las emociones, cuando no se gestionan adecuadamente, pueden derivar en problemas de salud mental a gran escala. Otro estudio reveló que ocho de cada diez personas en Latinoamérica no saben manejar sus emociones, lo que puede derivar en problemas de salud mental.

¿Qué son las emociones?

Las emociones son respuestas automáticas y complejas que implican cambios fisiológicos, conductuales y cognitivos ante situaciones relevantes para el individuo. Estas reacciones nos preparan para responder de manera efectiva a diferentes estímulos, facilitando nuestra adaptación al entorno

Las emociones son estados mentales y corporales que podemos experimentar en cualquier momento. Tienen una corta duración y conllevan comportamientos, procesos psicológicos y fisiológicos; en general, se inician por algún hecho interno o externo. Por ejemplo, un disparador interno pueden ser los pensamientos o alguna sensación dolorosa; mientras que, una situación externa puede ser un robo, una discusión o que algo se rompió. Las emociones presentan varias características distintivas que las hacen fundamentales para nuestra experiencia humana:

  • Temporalidad: Son respuestas de corta duración que surgen ante estímulos específicos.
  • Intensidad variable: Pueden variar en intensidad, desde leves hasta muy fuertes, dependiendo de la situación y la persona.
  • Polaridad: Se clasifican comúnmente como positivas (alegría) o negativas (tristeza), aunque esta categorización puede ser simplista.
  • Universalidad: Algunas emociones básicas son universales y se expresan de manera similar en diferentes culturas.

Entonces, nuestras emociones aparecen como respuestas involuntarias a distintos estímulos, nos informan y también le comunican a los demás que algo está pasando y necesitamos darnos cuenta.

El significado de las emociones

Las emociones actúan como señales internas que nos informan sobre nuestra relación con el entorno y nos indican cómo debemos actuar. Por ejemplo, la tristeza puede señalar una pérdida, sugiriendo la necesidad de buscar apoyo o reflexionar sobre la situación.

Además, las emociones tienen una función comunicativa, ya que a través de ellas expresamos nuestros estados internos a los demás, facilitando la interacción social y la comprensión mutua. Por ejemplo, una sonrisa puede transmitir alegría y fomentar conexiones positivas con otras personas.

Tipos de emociones

Las emociones pueden agruparse en diferentes tipos según su naturaleza y función:

  • Emociones de supervivencia: Como el miedo, que nos alerta de peligros y nos prepara para la huida o la defensa.
  • Emociones sociales: Como la vergüenza o el orgullo, que regulan nuestras interacciones y comportamientos dentro de un grupo.
  • Emociones autoconscientes: Como la culpa, que nos lleva a evaluar nuestras acciones en relación con nuestros valores y normas internas.
  • Emociones estéticas: Como el asombro, que experimentamos ante la belleza o la grandeza de una obra de arte o un paisaje.

Reconocer estos tipos de emociones nos ayuda a comprender mejor nuestras reacciones y a gestionarlas de manera adecuada en diferentes contextos.

Clasificaciones de las emociones

Las emociones se pueden clasificar de diversas maneras según diferentes criterios:

  • Emociones básicas: Son universales y se manifiestan de manera similar en todas las culturas. Incluyen alegría, tristeza, miedo, ira, sorpresa y asco.
  • Emociones complejas: Resultan de la combinación de emociones básicas y pueden ser influenciadas por factores sociales y culturales, como la culpa, la vergüenza o el orgullo.
  • Emociones positivas y negativas: Las positivas, como la alegría, generan sensaciones placenteras, mientras que las negativas, como la tristeza, producen malestar.
  • Emociones primarias y secundarias: Las primarias son respuestas directas a estímulos, mientras que las secundarias surgen de la reflexión sobre las primarias o de combinaciones de estas.

Estas clasificaciones nos permiten entender mejor la diversidad y complejidad de nuestras respuestas emocionales, facilitando su estudio y manejo.

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¿Para qué sirven las emociones?

Todas las emociones son válidas y nos vienen a dar algún tipo de información; tienen un propósito. Si entendemos el porqué de cada una, podremos tomar acciones y decisiones de manera más informada y efectiva. Aquí te contamos funciones de las emociones:

  • Función adaptativa: Las emociones nos brindan información de que algo está pasando y nos está afectando. Nos invitan a  tomar decisiones, actuar y adaptarnos a la situación. 
  • Función comunicativa: Las emociones nos ayudan a comunicar a quienes nos rodean lo que estamos experimentando . Contribuyen al desarrollo de vínculos y también nos comunican a nosotros que algo está pasando y nos está afectando. 
  • Función motivacional: Las emociones preparan y motivan la acción. Según cada emoción, hay un impulso de acción que nos invita a actuar. 
  • Nos guían en la toma de decisiones: Las emociones influyen en cómo evaluamos las situaciones y nos ayudan a elegir el mejor camino.
  • Facilitan las relaciones sociales: Expresar emociones permite conectar con los demás y generar empatía y comprensión mutua.
  • Promueven el aprendizaje y la adaptación: Las emociones negativas como el miedo nos enseñan a evitar riesgos, mientras que las positivas refuerzan comportamientos beneficiosos.
  • Reflejan nuestras necesidades internas: Sentir emociones nos alerta sobre lo que necesitamos o valoramos, ayudándonos a vivir de acuerdo con nuestros principios.

Las emociones son esenciales para nuestra vida diaria, ya que nos conectan con el entorno y con nosotros mismos. Sentir es fundamental para una vida plena y auténtica, ya que las emociones nos permiten entendernos y relacionarnos mejor con nuestro entorno.

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Las emociones pueden alterar nuestra percepción del tiempo. Cuando sentimos miedo o ansiedad, el cerebro procesa la información más rápido, haciendo que el tiempo parezca pasar más despacio en situaciones de peligro.

¿Cómo funcionan las emociones?

Las emociones operan a través de un proceso que involucra varios componentes:

  • Evaluación cognitiva: Interpretamos un estímulo o situación según nuestras experiencias y creencias.
  • Respuesta fisiológica: Nuestro cuerpo reacciona con cambios como aumento del ritmo cardíaco o sudoración.
  • Expresión conductual: Manifestamos la emoción mediante gestos, posturas o expresiones faciales.
  • Experiencia subjetiva: Tomamos conciencia de la emoción y la etiquetamos (por ejemplo, sentir alegría o tristeza).

Este proceso nos permite responder de manera adaptativa a las demandas del entorno, facilitando nuestra supervivencia y bienestar

¿Cómo nacen las emociones a nivel interno? ¡Paso a paso!

PasoDescripción
1. EstímuloUn evento externo (como una situación inesperada) o interno (un pensamiento) activa la respuesta emocional.
2. Evaluación cognitivaEl cerebro analiza rápidamente el estímulo, interpretando si representa una amenaza, una oportunidad o algo neutral.
3. Respuesta fisiológicaSe producen cambios en el cuerpo, como aumento del ritmo cardíaco, sudoración o tensión muscular, a través del sistema nervioso autónomo.
4. Expresión emocionalLa emoción se manifiesta mediante expresiones faciales, gestos o tono de voz (por ejemplo, una sonrisa o fruncir el ceño).
5. Experiencia conscienteLa persona se da cuenta de lo que siente y etiqueta la emoción, como alegría, miedo o tristeza.

¿Qué funciones tienen las emociones?

Las emociones cumplen un papel esencial en nuestra supervivencia y bienestar, ayudándonos a adaptarnos a diferentes situaciones. Aquí algunas de sus funciones más importantes:

  • Función adaptativa: Las emociones nos preparan para responder de manera adecuada a diferentes desafíos. Por ejemplo, el miedo activa mecanismos de defensa ante el peligro.
  • Función social: Facilitan la comunicación y las relaciones interpersonales, ya que expresamos nuestras emociones a través de gestos y lenguaje corporal.
  • Función motivacional: Las emociones impulsan nuestras acciones y decisiones. La alegría nos motiva a repetir experiencias placenteras, mientras que la tristeza puede llevarnos a buscar apoyo.
  • Función de autoconocimiento: Nos ayudan a entender nuestras necesidades y valores personales, guiando nuestras decisiones y comportamientos.

Comprender estas funciones permite valorar el papel crucial de las emociones en la vida cotidiana y en el desarrollo personal.

Ejemplos del funcionamiento de las emociones

Ejemplos del funcionamiento de las emociones

Las emociones influyen en nuestra vida diaria de formas que muchas veces no notamos. Aquí te dejo algunos ejemplos que muestran cómo funcionan y afectan nuestro comportamiento:

  • Miedo ante una situación peligrosa: Si estás cruzando la calle y de repente ves un coche acercándose rápidamente, sentirás miedo. Esta emoción provoca una respuesta fisiológica (aumento del ritmo cardíaco, tensión muscular) que te prepara para actuar rápidamente y ponerte a salvo.
  • Alegría tras recibir buenas noticias: Cuando te informan que obtuviste un ascenso en el trabajo, sientes alegría. Esta emoción no solo mejora tu estado de ánimo, sino que también puede aumentar tu motivación y productividad, reforzando comportamientos positivos.
  • Ira en una discusión: Si alguien te trata de manera injusta, es probable que experimentes ira. Esta emoción puede ayudarte a establecer límites y defender tus derechos, pero si no se gestiona bien, puede llevar a conflictos o decisiones impulsivas.
  • Tristeza después de una pérdida: Tras la pérdida de un ser querido o una ruptura amorosa, la tristeza es una respuesta natural. Esta emoción te permite procesar la situación, reflexionar y buscar apoyo emocional, facilitando el duelo y la adaptación.
  • Sorpresa ante un evento inesperado: Si recibes una fiesta sorpresa, experimentarás sorpresa, una emoción que te mantiene alerta y ayuda a procesar rápidamente la nueva información antes de reaccionar.

Estos ejemplos muestran cómo las emociones actúan como mecanismos de adaptación que guían nuestras decisiones, comportamientos y relaciones.

¿Existen emociones complejas?

Sí, además de las emociones básicas como la alegría, la tristeza o el miedo, existen emociones complejas que surgen de la combinación de varias emociones y factores cognitivos. Estas emociones son más sofisticadas y pueden estar influenciadas por la cultura, la educación y las experiencias personales.

Por ejemplo, la culpa es una emoción compleja que combina tristeza, remordimiento y autoconciencia, y surge cuando percibimos que hemos actuado de manera incorrecta. La vergüenza también es una emoción compleja que mezcla miedo y tristeza, y se asocia con la preocupación por la imagen que proyectamos ante los demás.

Otra emoción compleja es el orgullo, que resulta de la satisfacción personal por logros alcanzados, y puede combinar alegría con una evaluación positiva de uno mismo. Estas emociones, aunque más difíciles de identificar y gestionar, son clave para el desarrollo emocional y social.

¿Debería regular mis emociones?

Regular las emociones no significa reprimirlas, sino aprender a gestionarlas de manera saludable para evitar que interfieran negativamente en nuestra vida. Cuando no controlamos nuestras emociones, podemos reaccionar de forma impulsiva, lo que afecta nuestras relaciones y bienestar general.

La regulación emocional nos permite expresar lo que sentimos de manera adecuada, canalizando emociones intensas como la ira o la tristeza hacia comportamientos constructivos. Aprender a gestionar nuestras emociones no solo mejora nuestra salud mental, sino que también favorece la toma de decisiones más equilibradas.

Cada emoción nos enseña

Como mencionamos, existen algunas funciones generales de las emociones, pero también cada emoción tiene una función particular. Por ello, es tan importante experimentar todas.

Te contamos de algunas emociones y las funciones que presentan:

  • Enojo: Esta es una emoción que nos permite saber que alguien me está atacando o me quiere quitar algo que para mi es importante. El enojo, fisiológicamente, nos prepara para el ataque. Sin embargo, actuar por el impulso puede traer consecuencias dependiendo del caso.
  • Miedo: Nos alerta que algo puede hacernos daño o hacer daño a las personas que queremos. Activa nuestro estado de alerta y nos invita a buscar una solución.
  • Tristeza: Nos lleva a buscar apoyo en otras personas. Además, nos permite procesar las pérdidas y reflexionar sobre nuestras prioridades.
  • Felicidad: Es una emoción que nos ayuda a crear vínculos, nos lleva a cuidar de nosotros y de disfrutar el presente. 
  • Vergüenza: Nos señala conductas que podrían poner en riesgo nuestra imagen o relación con los demás. Asimismo, nos da información sobre las creencias y valores que tenemos.
  • Culpa: Nos hace saber que hemos hecho algo que está mal y que necesitamos reparar aquella situación o relación que se ha visto afectada. 

¿Qué hacer si no puedo regular mis emociones?

Si sientes que no puedes controlar tus emociones, es importante actuar para evitar que estas afecten tu bienestar. Aquí algunos pasos que pueden ayudarte:

  • Busca ayuda profesional: Un psicólogo o terapeuta puede enseñarte técnicas para manejar tus emociones de manera saludable.
  • Practica técnicas de relajación: Ejercicios como la respiración profunda, la meditación o el mindfulness pueden ayudarte a calmar la mente.
  • Identifica tus detonantes: Comprender qué situaciones desencadenan emociones intensas te permitirá anticiparte y manejar mejor tus reacciones.
  • Habla con alguien de confianza: Compartir tus sentimientos con amigos o familiares puede aliviar la carga emocional.

No gestionar las emociones adecuadamente puede tener consecuencias en tu salud mental, por lo que buscar apoyo es fundamental.

¿Cómo gestionar mis emociones?

Si bien las emociones están asociadas a distintos pensamientos, tienen una manifestación física; el cuerpo nos prepara para lidiar con los desafíos que el ambiente nos presenta. Por ejemplo, si estamos frente a un robo, el corazón comenzará a latir más rápido, y así llevará más sangre a todo el organismo para motivarnos a la acción. Otro ejemplo sería cuando estamos tristes, a veces esto se siente como un “nudo” en la garganta, una presión en el pecho o en el estómago. 

Estas sensaciones varían en cada persona, y ninguna es mejor que otra. Reconocerlas cuando las experimentamos nos puede ayudar a comprender qué emoción estamos teniendo y desencandenar una acción o buscar regular la emoción para volver a un estado de calma. Si estás buscando aprender a gestionar tus emociones te compartimos algunos tips que podrían ayudarte.

Tips para cuidar tus emociones

Cuidar de tu salud emocional es tan importante como cuidar de tu salud física. Aquí tienes algunos consejos prácticos:

  • Practica la autocompasión: Sé amable contigo mismo en momentos difíciles y evita la autocrítica excesiva.
  • Establece límites saludables: Aprende a decir “no” cuando sea necesario para proteger tu bienestar emocional.
  • Dedica tiempo a actividades que disfrutes: Hacer cosas que te gustan eleva tu estado de ánimo y reduce el estrés.
  • Mantén una rutina de sueño y alimentación adecuada: El descanso y una dieta equilibrada son claves para una mente sana.
  • Ejercítate regularmente: El ejercicio físico libera endorfinas, que ayudan a mejorar el estado de ánimo.

Pequeños cambios en tu rutina diaria pueden marcar una gran diferencia en cómo manejas y experimentas tus emociones.

¿Por qué es importante gestionar nuestras emociones?

El proceso de aprender a reconocer, aceptar y actuar de forma efectiva nuestras emociones es muchas veces retador. Pero es algo que todos podemos aprender y poner en práctica.  Las emociones no son buenas ni malas, son señales que nos hacen dar cuenta que algo está pasando. Todas nuestras emociones nos enseñan y nos ayudan a tener una vida llena de experiencias enriquecedoras. 

Aunque es común dejarnos llevar por ellas, este tipo de reacciones nos puede llevar a hacernos daño, perjudicar nuestras relaciones, o tener problemas con nuestro entorno. Por ello, es importante contar con técnicas de control de emociones.

Ventajas de gestionar nuestras emociones

Gestionar adecuadamente nuestras emociones no solo mejora nuestra salud mental, sino que también impacta positivamente en diferentes áreas de nuestra vida. Aquí te comparto algunas de las principales ventajas:

  • Mejora en la toma de decisiones: Al controlar nuestras emociones, podemos pensar con mayor claridad y tomar decisiones más racionales y acertadas.
  • Relaciones interpersonales más saludables: La gestión emocional facilita la comunicación efectiva, la empatía y la resolución de conflictos, fortaleciendo nuestras relaciones.
  • Reducción del estrés y la ansiedad: Saber cómo manejar emociones intensas, como la ira o la frustración, disminuye el impacto del estrés en nuestra vida diaria.
  • Mayor bienestar físico y mental: La regulación emocional contribuye a una mejor salud general, reduciendo el riesgo de enfermedades relacionadas con el estrés, como problemas cardíacos o digestivos.
  • Incremento de la resiliencia: Aprender a gestionar las emociones nos ayuda a enfrentar de manera más efectiva los desafíos y adversidades, fortaleciendo nuestra capacidad de adaptación.
  • Aumento de la autoestima y autoconfianza: Al reconocer y validar nuestras emociones, desarrollamos una mayor autocomprensión y confianza en nuestras capacidades.
  • Mayor productividad y rendimiento: Las personas que gestionan bien sus emociones suelen tener mejor concentración y rendimiento en el trabajo o los estudios.

En definitiva, gestionar nuestras emociones no solo mejora nuestra calidad de vida, sino que también nos permite vivir de manera más equilibrada y consciente. Las emociones son una parte fundamental de nuestra vida, guiando nuestras decisiones, relaciones y bienestar general. Entender cómo nacen, sus funciones y la diferencia entre emociones básicas y complejas nos permite gestionar mejor nuestro mundo emocional.

La regulación emocional es clave para mantener un equilibrio mental y enfrentar los desafíos diarios de manera saludable. Si bien sentir emociones intensas es parte de la experiencia humana, aprender a reconocerlas y gestionarlas nos ayuda a vivir de forma más plena y consciente. Y si en algún momento sientes que no puedes manejar tus emociones, buscar ayuda profesional es el primer paso hacia el bienestar emocional.

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Referencias

  1. Nummenmaa, L., Glerean, E., Hari, R., & Hietanen, J. (2013). Bodily maps of emotions. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America. Recuperado de: https://www.pnas.org/content/pnas/111/2/646.full.pdf  
  2. Sunrise Residential Treatment Center. (2017). DBT Emotions List: Your Guide to Understanding Emotions. Recuperado de https://www.sunrisertc.com/emotions-list/#:~:text=In%20DBT%20%2C%20emotion%20regulation%20specifically,the%20situation%20we’re%20in
  3. Goleman, D. (1995). Emotional Intelligence: Why It Can Matter More Than IQ. Bantam Books.
  4. Ekman, P. (1999). Emotions Revealed: Recognizing Faces and Feelings to Improve Communication and Emotional Life. Times Books.

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