Acrofobia es un trastorno de ansiedad caracterizado por un miedo irracional y persistente a las alturas. Las personas que experimentan acrofobia pueden sentir pánico, sudoración excesiva, mareos y temblores al enfrentarse a situaciones en las que se encuentran a gran altura o incluso al imaginarse en tales circunstancias.
Este temor desproporcionado va más allá de la respuesta natural al estar en lugares elevados y puede limitar significativamente la vida diaria, impidiendo el acceso a edificios altos, puentes, montañas o incluso escaleras. El origen de la acrofobia puede estar vinculado a experiencias traumáticas previas o a una predisposición genética, y su impacto varía de una persona a otra.
El tratamiento suele incluir la terapia cognitivo-conductual y, en algunos casos, el uso de medicación para ayudar a controlar los síntomas. En definitiva, la acrofobia no sólo es un miedo a las alturas, sino una condición que afecta la calidad de vida.
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