La “Conducta tipo b” describe un patrón de comportamiento relajado que se enfrenta a la vida diaria de forma poco competitiva. Las personas con esta conducta suelen ser calmadas, tolerantes ante la presión y capaces de disfrutar del ocio sin estrés. A diferencia del patrón de conducta tipo A, caracterizado por la urgencia y la competitividad, la conducta tipo b se asocia con:
• Reflexión • Paciencia • Adaptación sin precipitación
Estas personas resaltan en entornos donde el bienestar y la tranquilidad son prioridad, ya que fomentan un estilo de vida equilibrado y muestran menos preocupación ante exigencias externas. Este concepto facilita la comprensión de cómo ciertas actitudes pueden influir en la gestión del estrés y en las relaciones interpersonales.
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